
Cuando le preguntan a Andy Baiz cuál fue su primera película no se remonta a “Satanás”, que fue la primera en dirigir, ni a “Vidas al Límite”, que fue la primera donde participó a nivel profesional, ni tampoco alguno de los cortometrajes que hizo en su etapa amateur.
O mejor dicho sí, y en su ceño fruncido, se evidencia el esfuerzo por refrescar en su mente aquella vez en que Tom Rompf, su profesor de inglés en el Bolívar, le siguió el juego y puso a todo el salón de clase a realizar la adaptación cinematográfica de alguna novela que hubieran leido.
Entonces su mirada se llena de nostalgia y recuerda, “La rebelión de los girasoles”, en aquellos tiempos en donde él era Andrés Baiz. Quizás él no lo sepa, pero seguramente esa fue la película que le dio el impulso para hacerlo llegar adonde hoy está.