Las profesoras Luz Adriana Serna y Natalia Chang de Kínder 4B, lideraron el Proyecto del Restaurante, en el que los estudiantes de Kínder 4, en el marco de sus experiencias de aprendizaje, participaron activamente en una propuesta pedagógica que fomentó la colaboración, la creatividad y el pensamiento crítico de manera natural y divertida.
Este proyecto nació del interés genuino de los niños por preparar comida, un deseo que sus profesoras observaron durante los momentos de juego libre, donde utilizaban palitos, piedritas y otros elementos naturales para simular recetas y platos. A partir de esta observación, les propusieron la idea de montar un restaurante en el salón, a lo cual respondieron con entusiasmo, especialmente motivados por la posibilidad de trabajar con comida real.
Desde el inicio, los niños trabajaron juntos para decidir el nombre del restaurante, el menú y la asignación de roles, desarrollando habilidades de pertenencia y contribución al fortalecer los lazos entre compañeros y construir un sentido de comunidad en el aula. Además, a través del juego de roles, los niños practicaron la autorregulación emocional, aprendiendo a turnarse, resolver conflictos y adaptarse a nuevos desafíos, fortaleciendo su bienestar socioemocional.






Uno de los momentos culminantes del proyecto fue la invitación a los padres al salón, que se transformó por completo en un restaurante donde los niños fueron meseros y cocineros, y en el que incluso prepararon pizza juntos. Este evento fue un reflejo de su compromiso y entusiasmo, y fortaleció los vínculos.
Otro aspecto fundamental a resaltar fue el trabajo en equipo. Esta experiencia les permitió apropiarse del espacio de manera natural y divertida, aprendiendo a colaborar, compartir responsabilidades y celebrar juntos los logros.
En cuanto al desarrollo de habilidades académicas, el proyecto brindó múltiples oportunidades para la lectoescritura y el pensamiento matemático: los estudiantes participaron en la creación de menús, utilizaron dinero de juego para realizar transacciones y exploraron conceptos geométricos en la preparación de alimentos. Los billetes fueron creados por ellos mismos, quienes decidieron los precios de los platos y los incluyeron en el menú. Asimismo, enfrentaron pequeños desafíos que impulsaron su resolución de problemas e innovación, promoviendo el pensamiento creativo y la perseverancia.






Este proyecto se alineó intencionalmente con los cuatro marcos curriculares, demostrando cómo el juego es una poderosa herramienta para integrar el aprendizaje en diversas áreas del desarrollo infantil.
El Proyecto del Restaurante ejemplifica el enfoque del Aprendizaje más Profundo, ya que no solo busca que los estudiantes adquieran conocimientos básicos, sino que los invita a aplicar habilidades fundamentales —como la colaboración, la comunicación efectiva, el pensamiento crítico y la resolución creativa de problemas— en un contexto real y significativo.
Este tipo de aprendizaje se fundamenta en ofrecer experiencias donde los niños construyen activamente su conocimiento a través de la exploración, la reflexión y la acción. Al tener que negociar roles, crear un menú, administrar recursos (dinero de juego) y resolver los retos que surgieron en la operación del restaurante, los estudiantes no solo adquirieron conocimientos de matemáticas y lenguaje: desarrollaron competencias transferibles para la vida. En suma, el proyecto promueve una visión de la educación donde aprender no es memorizar datos, sino construir entendimiento mediante la participación activa y el compromiso emocional con el aprendizaje.