
En el grupo de los Loritos de El Nido (2 años), el color no se enseña: se descubre. A través del proyecto La Poética del Color, nuestros niños exploran el mundo cromático desde el cuerpo, la emoción y la relación, convirtiendo cada experiencia en una oportunidad de expresión y conexión.
El color se vuelve lenguaje, juego y huella. Desde grandes papeles en el suelo donde los trazos cuentan historias, hasta mesas de luz que despiertan la curiosidad y la imaginación, cada propuesta invita a los niños a dialogar con el entorno y con sus propios sentidos. No hay productos finales: hay procesos llenos de belleza, asombro y presencia.



Al respecto, Juan Esteban Maya, atelierista de El Nido, afirmó que “la experiencia con el color se convierte en un espacio de convivencia estética. Los niños aprenden a cuidar los materiales, a respetar el tiempo del otro y a moverse en un espacio compartido. Esto no se enseña como norma externa, sino que se aprende desde la experiencia sensible. Así se gesta una primera noción de ciudadanía: la construcción de un lugar donde todos tienen voz y forma de estar.”



Este proyecto celebra el arte como forma de conocimiento, donde lo estético, lo ético y lo cognitivo se entrelazan con la sensibilidad de la infancia. La Poética del Color es, en esencia, una invitación a habitar el mundo con todos los sentidos despiertos.